jueves, 2 de octubre de 2014

Slow . Con calma...





Hace tiempo que leí una entrada en un blog que decía algo así como que el trabajo como se entiende hoy en día, trabajar muchas horas por un sueldo es otra forma de tortura capitalista. Esto lo leí antes de que estallará esta forma de vida de sufrimiento social que han nombrado Crisis. Me dije " vaya  exagerado !" Hoy viendo como las condiciones laborales son muy parecidas a trabajar remando esposados en grandes galeones, creo que es así. Aparte de convertirnos en sus esclavos por unas migajas del pastel, mientras ellos roban a plena luz del día y se marchan de rositas, trabajar más de ocho horas al día, seis días a la semana, nos esclaviza pues nos roba vida. ¡ Nos están robando el tiempo, lo mejor de nuestras vidas ! Y sin tiempo para nada, la gente ENFERMA! 
Muchos dejaréis los grandes proyectos, las ideas más bellas por vivir para cuando os jubiléis. ¿ Cierto? Mal, muy mal.

Debemos romper esas cadenas y crearnos una vida sin prisas. Sin ser esclavos de nadie. Teniendo menos confort, bueno de ese tipo de confort mal entendido : un móvil nuevo cada mes, el último modelo de coche, la última moda, la última última sandez... Tener tiempo. Sí TIEMPO CON MAYÚSCULAS para VIVIR: estar con tu pareja, tu mascota, tus amigos, padres, tu pueblo, paisaje, para hacer lo que siempre quisiste emprender. Nunca es tarde si es para aprender algo nuevo y bueno. Si es para COMPARTIR con otros tu sabiduría, tu experiencia, tu ternura, tu cocina o tu amor a la vida sin prisas.

Desde que estas "gemelas" me apartaron de la locura de estrés laboral, he aprendido a disfrutar de las PEQUEÑAS-GRANDES COSAS DEL DÍA A DÍA. Mirar al cielo, los pájaros, los bellos edificios de tu ciudad. Cocinar ricos platos como ya no lo hacen más que las abuelitas. Plantar todo tipo de verduras. Mimarlas y esperar a que crezcan despacito bajo el sol y la lluvia. Recolectar. Embotar el sobrante para el invierno. Sentarte en un banco ( bueno si todavía hay alguno sin pinchos o tener que echar unas monedas para sentarse en él) a disfrutar de los paseantes, de los niños al salir del cole... Meditar, escribir, escuchar música, conocer a nueva y preciosa gente en las redes, por allá donde voy.

Pensar, pensar, pensar...

¿ Y si le damos una fuerte patada a todo esto? ¿ Y si creamos una vida paralela fuera de todo esta locura de prisas, madrugar, pagar impuestos para que nos los roben una vez pagados?

Yo creo que es hora de ir más despacito y de VIVIR EL AHORA. ¡ No lo dejes para el fin de semana y menos para cuando te jubiles!

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